viernes, 11 de junio de 2010

Calor

Sé que es un tópico hablar del tiempo. Y también sé que no estoy en un ascensor. Bueno, hablaré del tiempo pero sin mirar arriba o abajo (que es lo que se hace en los ascensores: si el otro mira hacia arriba, pues tú aprovechas y le miras los zapatos).
El caso es que hemos tenido unos días de calor aquí en "la llana" y se ha notado a la hora de subir montañitas (parece una contradicción, pero es así). Así que ni corto ni perezoso, con ayuda del consabido tubito que sale de la espalda nos hemos puesto en marcha el pasado fin de semana para subir a las Jaras.
Los anteriores fines de semana hemos salido con los "Arrastraculos", un club con gente muy apañá y aficionados a esto de dar pedal por los sitios más intrincados. Con ellos hemos visitado los últimos fines de semana las Siete Revueltas, el Bejarano, y una subidita por los Morales de la que todavía me acuerdo porque Rafa no silbaba tanto como cuando sube por el Reventón... ¡dichosa cuesta!
Pero bueno, voy a ceñirme a la ruta del último domingo. Salimos de la Boutipan (espero haberlo escrito bien) y nos fuimos a la Cuesta del Reventón pisando cemento todo el rato, lo que motivó una llamadita de atención a los compañeros por si habían confundido la jornada con una de ruta en carretera. La subida, como siempre, llena piedras (puñeteras ellas), pero sin demasiados incidentes. Tras la rampa, hacia las Jaras por un camino de tierra que discurre paralelo a la carretera y que está genial (parece que vas por un túnel forestal y la sombrita se agradece cuando aprieta el calor). Ya en las Jaras, un cafelito antes de bajar por los Morales. Ahí con más calma, que las cuestas empinaditas pueden darte algún disgusto, y aunque es fantástico bajarlas a toda pastilla, no lo es tanto pegársela.



Como curiosidades de la jornada, nos dimos cuenta de que en las Jaras ya vuelven a servir churritos, así que la próxima vez pararemos a ver cómo están, y que esta vez no tuvimos ningún percance, lo cual es también una noticia (no os lo he contado en el blog, pero a nuestro amigo pincharruedas tuvieron que echarle seis puntitos hace unas semanas por usar el codo como tren de aterrizaje en una pista algo rocosa...).

martes, 13 de abril de 2010

Enganchado

Doble sentido tiene en esta ocasión el título del artículo.
Efectivamente, estoy enganchado con esto de la bici, pero al pensar el título lo hacía pensando en mi cadena y plato pequeños, que siguen dando los mismos problemas que cuando intentamos la subida al Muriano. El caso es que se engancha la cadena en un piñon del plato chico y al final me la voy a cargar también (sería la tercera).
Por lo pronto creo que voy a cambiar de mecánico, y el jueves se la llevaré a otro que me han recomendado, ya que el actual no ha sabido solucionarme el problemilla.
Desde la última vez que escribía he hecho un par de salidas pero no voy a colgar el track porque no aportan mucha variante a las que ya tengo colgadas.

De la última jornada, y para que veas que me pasa de todo y tengo el apodo ganado a pulso, me queda un "recuerdo" en la rodilla. Se salió uno de los tornillos que agarraba el manillar y acabé acariciando el suelo. Una sensación que duró un escaso par de segundos, pero que no se olvida, es la de tener el manillar en tus manos suelto mientras la bicicleta continúa su camino durante un breve trecho... Y mientras caes te dices que has estado lento, que tenías que haber cogido el freno aunque no pudieras controlar la dirección...

Pero no todo son malos recuerdos de la jornada. Esos churritos en Trassierra qué bien sientan... :-)

Os dejo una foto de pincharruedas al lado de la torre que hay en lo alto de Monte Cobre. La próxima hasta el mirador sin poner pie en tierra... :-P
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