Y es que es un gustazo bajar a toda pastilla, pero también peligroso, sobre todo si en el terrenito aparecen de repente algunas piedras (rocas diría yo) y socavones creados por las últimas correntías de agua.
Así que lo dicho, más cuidadito en las bajadas y sobre todo un buen reglaje de frenos nunca está demás.
Pero consejos aparte, aquí os dejo un track interesante, con una subida por la cuesta del Reventón, cada día más intransitable y llena de rocas sueltas, (y donde, para continuar la tradición, volví a romper la cadena) para seguir después por carretera hasta Trassierra en busca de unos churritos a la entrada del pueblo.
Una vez asimilado el tentempié, vuelta hacia Córdoba, esta vez desandando en parte el camino andado para tomar la vereda de la derecha y superar unas cuantas puertas de fincas (sin candados) que cívicamente dejamos cerradas tras atravesar para que no se escape el ganado (si tienes miedo de los toros, ésta no es tu ruta).
La bajada es bastante técnica, y el consejo de antes no es gratuito. De repente puedes encontrarte con que la pendiente aumenta bruscamente y tienes que tirar de frenos.
Lo peor de esta ruta es bordear el canal, llano pero con una buena parte del trayecto lleno de piedras que hacen vibrar la bicicleta más de la cuenta.
Es una ruta que puedes trazar en ambos sentidos, pero te recomiendo hacerlo como en el track. Si no te apetecen churritos, puedes evitar llegar a Trassierra y directamente encarar el descenso.
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